Los productos financieros y servicios bancarios están destinados a satisfacer las necesidades económicas que pueda presentar una empresa o persona natural. Son, sin duda, una forma de captar fondos para financiar o mantener su actividad y cubrir necesidades de inversión en el momento oportuno, convirtiéndolos en una de las ofertas de las instituciones bancarias.
Existen productos financieros de varios tipos, sin embargo, lo más utilizados son tres: de ahorro, de inversión y de financiación.
Productos financieros de ahorro: están destinados a acumular dinero. Generalmente producen intereses a favor del ahorrador. Son los ideales para mantener el poder adquisitivo. Existen dos tipos de productos financieros de ahorro:
- Cuentas de ahorro: Servicio bancario que permite guardar tu dinero, recibir intereses (los establecidos por la entidad) y disponer de tus ahorros de forma inmediata mediante retiros.
- Depósitos a plazo fijo: Consiste en la entrega de cierta cantidad de dinero a la entidad bancaria que mantendrá este monto por un tiempo determinado (previo acuerdo con el ahorrador). Transcurrido el plazo, la entidad devolverá el dinero a la empresa o persona sumado a los intereses que haya generado. Usualmente los intereses que ofrecen los depósitos a plazo fijo son superiores a los de las cuentas de ahorro.
Productos financieros de inversión: su objetivo es generar una rentabilidad superior a la inflación. La idea es que, a través de ellos, los ahorros ganen poder adquisitivo. Este tipo de producto, se divide en tres tipos.
- Brokers: son los intermediarios entre compradores y vendedores. A través de ellos, se puede invertir en bolsas de valores mediante la compra de acciones de las empresas.
- Fondos de inversión: son un instrumento de ahorro que permite agrupar a personas interesadas en invertir su dinero mediante una entidad dedicada a la gestión de activos como acciones y títulos de renta fija, entre otras opciones que garanticen la mayor rentabilidad posible.
- Planes de pensiones: son productos financieros orientados a la jubilación. En este caso, el inversor aporta periódicamente con el fin de disponer de un capital al momento de la jubilación, o en caso de incapacidad o fallecimiento.
Productos financieros de financiación: Su único fin es aportar dinero extra en un momento específico, en caso de necesitarlo. De este tipo, existen tres:
- Créditos hipotecarios: están destinados única y exclusivamente a la compra de viviendas. Es un crédito otorgado por la entidad bancaria con un tipo de interés mucho más bajo que un préstamo personal. Los créditos hipotecarios duran entre 10 y 35 años, dependiendo de la posibilidad del pago del usuario.
- Crédito: es un producto básico de financiación y por ello, uno de los más comunes. Los créditos pueden tener diversos objetivos, entre ellos, el emprendimiento o el pago de estudios. Sus intereses pueden variar dependiendo del importe solicitado y el tiempo de pago.
- Tarjetas de créditos: es un tipo de crédito al que se puede acceder sin trámites y de forma inmediata. Su tasa de interés es más alta que los otros tipos de crédito por las facilidades que ofrece.
Los productos financieros son grandes aliados a la hora de tener un objetivo o una meta establecida. Lo importante es manejar cualquiera de ellos de forma sana, responsable e inteligente, pagando de manera puntual las cuotas establecidas, y aumentar así las posibilidades de obtener otro crédito.
* Este artículo tiene un fin educativo y no constituye una oferta de productos o servicios de Banco Internacional.
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